El césped es un elemento más que frecuente en el diseño de videojuegos, pero independientemente de cada título, existen dos puntos inevitables: O destroza el rendimiento del sistema, o su apariencia es muy pobre. Nvidia quiere cambiar eso con Turf Effects, una tecnología para simular césped tan compleja, que puede generar hasta cien triángulos por cada hoja, exponiendo en la pantalla millones al mismo tiempo.
A la hora de aplicar “tweaking” en un juego que va a ser ejecutado sobre un sistema estacionado en el lado más débil de los requerimientos básicos, una de las primeras cosas a desactivar es el V-Sync, y la otra, siempre y cuando se encuentre disponible, es el soporte de sombras en el césped. De hecho, algunos juegos van mucho más allá, con configuraciones avanzadas que nos permiten ajustar el tamaño de cada hoja de césped, la distancia mínima para dibujarla, y la aplicación o no de antialiasing. En lo personal, recuerdo cuando jugaba Oblivion con un chip de vídeo Radeon integrado. Sombras, V-Sync y césped establecían la diferencia entre una experiencia tolerable, y una pesadilla espantosa de diez cuadros por segundo. Oblivion es del año 2006, y las tarjetas gráficas actuales pueden masticarlo como si fuera un caramelo, pero también hacen algo como esto:
Lo que acabas de ver es Turf Effects, una tecnología vinculada a la plataforma GameWorks de Nvidia. Turf Effects habilita a los desarrolladores para que simulen en sus títulos millones de hojas de césped, con una resolución de hasta cien triángulos por cada hoja. Como era de esperarse, el césped responde a factores físicos como la intensidad del viento, la forma de los objetos que lo atraviesan, y los diferentes ángulos de iluminación. Los desarrolladores también contarán con la posibilidad de ajustar el nivel de compresión en el césped, el tiempo que le toma regresar a su posición original, y qué tan persistentes son las alteraciones sobre su superficie. Imagina un FPS multijugador en el que puedes detectar a tus enemigos gracias a los surcos que han dejado en el césped. Sería un verdadero espectáculo.
La mejor parte es que la simulación generada por Turf Effects que acabas de ver se realizó “apenas” con una GeForce GTX 680, que ya lleva más de dos años en el mercado. Si a este detalle incorporamos las nuevas especificaciones de la flamante serie GTX 900, la simulación mejora automáticamente en todos sus parámetros. Algunos dirán que las consolas modernas sólo pueden acceder a ese césped reproduciendo el vídeo en YouTube. No es mi intención adoptar una posición de conflicto, pero no quedan dudas de que la brecha tecnológica entre los chips gráficos para ordenador y las soluciones integradas en la Xbox One y la PlayStation 4, se ha hecho mucho más grande.