El próximo gran paso para la exploración espacial es sin lugar a dudas el planeta rojo, pero hay que prepararse… y mucho. La NASA ya recibió órdenes especiales del Congreso estadounidense para crear un módulo habitacional, y ahora, nos encontramos con una nueva serie de pruebas sobre el traje espacial NDX-1, desarrollado por el investigador argentino Pablo de León. El NDX-1 ha resistido con éxito a los entornos más extremos de nuestro planeta, y su tecnología podría tener un lugar de privilegio en una futura misión marciana.
Cuando la especie humana visite Marte (y hago énfasis en «cuando», porque tarde o temprano vamos a hacerlo), la exploración espacial cerrará su capítulo más largo y complejo de la historia, sólo para dar lugar a uno nuevo. Tenemos a los expertos, el conocimiento, y fundamentalmente las ganas, pero la exploración espacial necesita más… específicamente, tiempo, dinero, y equipo. El Congreso estadounidense sorprendió a más de uno con el aumento en el presupuesto para NASA, con la condición de que desarrolle un módulo habitacional, y entregue un reporte dentro de los próximos seis meses. ¿Qué es lo que sigue? Por supuesto, un traje espacial.
Se trata del NDX-1, un prototipo desarrollado por el investigador argentino Pablo de León, y su equipo en la Universidad de Dakota del Norte. Este traje ha sido expuesto a algunos de los entornos más agresivos que ofrece el planeta Tierra, entre ellos los páramos de Dakota del Norte, la Base Marambio en la Antártida, y la región de Pilbara al oeste de Australia. Las últimas pruebas para el NDX-1 se llevaron a cabo en el Centro Espacial Kennedy, donde la división de investigación y desarrollo Swamp Works posee un módulo especial que simula en gran medida a la superficie marciana. Allí, de León acompañó al investigador Travis Nelson (quien usa el traje en la foto) en la realización de varias «actividades extra-vehiculares», las primeras en el Centro Espacial desde la época del programa Apolo.
Hasta aquí, los resultados del NDX-1 han sido excelentes, y a pesar de su apariencia sencilla, el traje de ocho kilogramos es un verdadero entorno presurizado completo que garantiza la movilidad y la seguridad del astronauta. Los parámetros del NDX-1 serán comparados con un prototipo más pesado, y a partir de allí, probablemente veamos nacer a un diseño aún más avanzado.
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