Ariel Palazzesi
La NASA probó en la Antártida un traje espacial diseñado para las futuras misiones al planeta Marte. Según el profesor Pablo de León, creador del traje espacial, “en ese lugar se puede acceder directamente a suelo permanentemente helado y se dispone de sitios adecuados para tomar muestras libres de contaminación humana.” El traje cuenta con un control de temperatura en guantes, botas y tórax, además de un sistema de agarre que evita caídas. Es la primera vez que se ensaya un traje espacial en la Antártida, sitio con condiciones similares a las que podrían encontrar los astronautas en el planeta rojo.
A pesar de todas las dificultadas que entraña semejante aventura y de la falta de un plan concreto que permita a un grupo de humanos pisar el planeta Marte en una fecha concreta, los científicos continúan desarrollando piezas claves para el proyecto. Esta vez ha tocado el turno de ensayar un traje espacial diseñado por el profesor Pablo de León, un ingeniero argentino que ostenta el cargo de director del Laboratorio de Vuelos Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte (EE.UU.). Dicho traje, que podría ser utilizado por los astronautas para desplazarse y recoger muestras en terreno marciano, ha costado alrededor de 100.000 dólares. Las pruebas se realizaron en las instalaciones de la Base Marambio que Argentina dispone en la Antártida, y como dice Pablo de León, “esta es la primera vez que se lleva un traje espacial a la Antártida. Por la esterilidad de las muestras y otras características, como la temperatura, por ejemplo, consideramos que la Antártida es similar a lo que podrían encontrar los astronautas que viajen a Marte“.
Si bien es cierto que las condiciones climáticas reinantes en Marte hacen que deambular por la Antártida se parezca a un paseo de fin de semana, ese lugar es uno de los más extremos a los que se puede acceder con cierta comodidad. La infraestructura existente en Marambio ha servido como base de operaciones, proporcionando refugio y sistemas de comunicaciones a los científicos de la NASA que acompañaron a de León. Los especialistas deseaban conocer cual sería el desempeño del traje a la hora de recoger muestras del terreno y como mantenerlas a salvo de la posible contaminación con organismos terrestres. En este sentido, la elección de la base argentina se debe a que “a diferencia de otras bases antárticas, el acceso al suelo y el permafrost (suelo permanentemente helado) es directo. Además, por su ubicación, es uno de los lugares menos manipulados por el ser humano. Hay sitios en los que se pueden tomar muestras que están desde hace millones de años sin contaminación humana“, según explica Pablo de León.
El diseño del traje está listo desde hace cuatro años, y cuenta con un “sistema térmico para regular a voluntad la temperatura de los guantes, las botas y la parte que cubre el tórax; un sistema de agarre para evitar caídas, y una nueva mochila que presuriza el interior“. Es muy probable que en los años que transcurrirán hasta que una misión tripulada a Marte esté lista para partir se introduzcan muchos cambios en el diseño original del traje, e incluso que se lo reemplace completamente por otro, pero lo aprendido en estos ensayos será siempre de utilidad. El ingeniero argentino llegó a Marambio junto a los estadounidenses Jon Rask y Margarita Marinova, gracias a un convenio existente entre la NASA y el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial de la Fuerza Aérea Argentina. Luego de algunas demoras debidas a las malas condiciones atmosféricas en la Antártida, las pruebas comenzaron el lunes pasado. Los científicos utilizaron el traje para recolectar muestras y realizar algunas perforaciones en el terreno helado.
Los científicos utilizaron el traje para recolectar muestras y realizar algunas perforaciones en el terreno helado.
A pesar de que su nombre seguramente no te resulta conocido, la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha seleccionado en los últimos años varios diseños elaborados por el equipo de trabajo dirigido por De León para ser utilizados en futuras misiones espaciales. Y no solo se trata de trajes: este equipo es el responsable de un vehículo para viajar a la Luna, elegido por la NASA para una misión de seis meses en nuestro satélite que tendría lugar antes de 2020.
