La NASA ha hecho varias predicciones en el pasado. Algunas fueron malinterpretadas por completo, y otras simplemente fallaron, pero en general son expresadas con cierta cantidad de evidencia científica a su favor. Entre los océanos de Europa y Ganímedes, y la detección de planetas con parámetros similares a los de la Tierra orbitando otras estrellas, la agencia espacial cree que estamos a diez años de encontrar pruebas sólidas sobre la existencia de vida fuera de nuestro planeta.
Creo que no hay dudas al decir que el descubrimiento de vida fuera de la Tierra sería uno de los más grandes (por no decir «el» más grande) en toda la historia de la raza humana. Nuestros puntos de vista científicos, filosóficos y religiosos cambiarían para siempre, aunque nadie puede saber con seguridad si esos cambios serían para bien o para mal. El punto es que debemos seguir buscando. El Sistema Solar posee candidatos muy firmes para albergar vida, y la NASA no sólo reconoce esto, sino que ha establecido un mínimo de diez años a su detección. Esta predicción llega a través de Ellen Stofan, Jefa Científica de la agencia, quien participó en un panel sobre vida extraterrestre durante el día de ayer. Stofan agregó que ya saben «dónde y cómo mirar», y que en la mayoría de los casos poseen la tecnología para hacerlo, por lo que sólo falta su implementación. Las evidencias definitivas sobre la existencia de vida tardarían entre 20 y 30 años.
A las palabras de Stofan se suman las de John Grunsfeld, ex astronauta y actual administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas en la agencia espacial, pero en vez de medir la espera utilizando años, Grunsfeld dijo que estamos a «una generación» de descubrir vida dentro del Sistema Solar, y una generación más de descubrirla en un planeta orbitando una estrella lejana. Finalmente fue Paul Hertz, director de la División de Astrofísica en la NASA quien se unió a la predicción al decir que tanto el Sistema Solar como el resto de la Vía Láctea están repletos de agua, un elemento crítico para el desarrollo de vida como la conocemos aquí.
Esto nos lleva inevitablemente a explorar las próximas misiones de la NASA. El próximo rover en visitar Marte será lanzado en algún punto del año 2020, y el plan de enviar humanos sigue relativamente firme dentro de la década del 2030. La misión a Europa también será muy importante, con un costo total que supera los dos mil millones de dólares, aunque habrá que esperar como mínimo al año 2022 para verla en acción. Si todo sale bien, uno de los logros más contundentes en esta década será el lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb. La situación del telescopio es complicada, debido a que se encuentra drásticamente excedido en su presupuesto (8.800 millones de dólares), pero si queremos encontrar más super-Tierras y otros planetas similares, se necesitará cada centavo. En otras palabras, NASA se siente con mucha confianza para hacer semejante predicción. Sólo espero que ninguna excusa política la arroje por el caño.
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