Se suponía que la insoportable novela de la telemetría y las ofertas de actualización había concluido para los usuarios de Windows 7 y Windows 8.x. Uno de los últimos hotfixes tuvo como objetivo específico eliminar todo el material relacionado a esa campaña, pero en Redmond decidieron reactivar la recolección de datos con dos «nuevos-viejos» parches, KB2952664 y KB2976978. Para algunos usuarios, es la cuarta o quinta vez que estas actualizaciones aparecen en Windows Update. ¿Qué es lo que quiere Microsoft…?
A pesar de que sus portavoces digan lo contrario, los usuarios han llegado a la conclusión de que Microsoft atraviesa un momento muy complicado. La falta de compromiso con el espacio móvil, la cancelación definitiva de los accesorios Band, los problemas técnicos que afectan a sus tablets Surface, los constantes reclamos sobre garantías en Estados Unidos y Canadá, y el último hotfix obligatorio en Windows 10 que dejó fuera de combate a una notable cantidad de ordenadores presentan un panorama desolador para el gigante de Redmond, y aún más para sus usuarios. La sensación es que todo lo publicado por Microsoft en el último año y medio está quebrado de un modo u otro, cortesía de un control de calidad inexistente. Y ahora, la falta de confianza provoca que cada nuevo hotfix sea vigilado con ojo de águila en sus sistemas operativos, lo que nos lleva al regreso de KB2952664 y KB2976978.
Breve repaso: KB2952664 es un hotfix destinado a los usuarios de Windows 7 SP1, mientras que KB2976978 se distribuye entre los usuarios de Windows 8 y 8.1. La función de ambas actualizaciones es la misma: Llevar a cabo «diagnósticos» sobre sistemas que participan en el llamado WCEIP o «Windows Customer Experience Improvement Program» para comprobar si habrá «inconvenientes de compatibilidad» cuando se instale la última versión del sistema operativo. Lo que preocupa a los usuarios es que ambos hotfixes funcionaron como prerrequisito de KB3035583, la actualización que ofreció hasta el cansancio a Windows 10, y que dicho sea de paso, arruinó a varios sistemas. Los defensores del nuevo sistema operativo dicen que se trata de una reacción exagerada, y Microsoft ha repetido en más de una oportunidad que la oferta de Windows 10 sin cargo está terminada, sin embargo, los índices de adopción para Windows 10 quedaron virtualmente congelados durante el mes de septiembre. Con la excepción de Steam, ninguna de las mediciones coloca a Windows 10 por arriba del 23 por ciento.
Por supuesto, en el caso de Windows 7 y Windows 8.x, la última palabra la tiene el usuario. Imagino que los hotfixes no van a causar daño, pero quien decida negar el beneficio de la duda, todo lo que tiene que hacer es ocultar ambas actualizaciones… al menos hasta que Microsoft decida modificar su categoría y ofrecerlas de nuevo.
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