Así como en España “existen” seres como la mandrágora, el trasgu, los follets y la Santa compañía, Japón tiene su propio bestiario mitológico. Es un país con siglos y siglos de tradición, con un fuerte sentimiento de la preservación de sus raíces, que ha engendrado criaturas de pesadilla y ensueño, tan surrealistas como sus compatriotas. Con ustedes, los Yokai.
El folclore es el cúmulo de cultura común de un lugar; una ciudad o país, por ejemplo. Los bailes tradicionales que se hacen en tu pueblo, los chistes que contaban tus abuelos y ahora cuentas tú, tus modismos, tus supersticiones, todo eso forma parte de tu herencia cultural, tu folclore. Y así como en la España Medieval nuestros antepasados creían en seres como los follets, Japón no era menos. Allí, muchos muchos años atrás, la divulgación de historias fantásticas de generación en generación, de boca en boca, gestó las más inverosímiles criaturas.
Durante el Período Edo (que va de 1603 a 1868), estas criaturas por fin tuvieron forma, materia. Fueron los artistas quienes, fascinados por los cuentos mitológicos que habían escuchado de sus antepasados, le dieron vida a estos seres, gracias al poder de un pincel, un lienzo y su imaginación. Y así la leyenda se hace realidad.
¿Qué es un Yokai exactamente?
Los Yokai son fantasmas, apariciones o demonios que suelen presentar partes de humano y partes de animal. Ojo, no siempre es así, todo ente paranormal puede englobarse en esta categorización.
La “zoología” Yokai es amplia y rica. Por un lado tenemos a todos los Yokai “híbridos” animal/hombre. Pero también debemos contar dentro de esta categoría al oni, tal vez una de las criaturas mitológicas más conocidas de Japón. El oni es una especie de ogro de montaña, con cuernos y dientes afilados, que porta un arma gigantesca y se desayuna a los viajeros que osen cruzarse en su camino.
Y si contamos al oni, tenemos que tener en cuenta a los Tsukumogami, artefactos que han cumplido 100 años de edad y por lo tanto se consideran vivos y concientes. ¿Que qué? Sí, la mitología japonesa premia la sabiduría y la experiencia que dan los años, obsequiando vida a todo aquel objeto inanimado que haya durado tanto como un siglo.
La gente que se ha transformado, producto de emociones fuertes, también entra en esta categoría. Por ejemplo, a ti te da tanta envidia el televisor de plasma de tu vecino que “te pones verde”. Si esto fuera un cuento japonés, y tu envidia fuera mucha y malsana, probablemente terminarías verde como un sapo y con ojitos ambiciosos y saltones, transformándote en un Yokai.
Volviendo al tema de los Yokai híbridos, existen diferentes categorías. Kitsune (zorros humanos), Hebi (serpientes gigantes con rasgos humanos), Mujina (tejones humanoides), Bakeneko (gatos gigantes) y Ōkami (lobos espirituales). Estos no son los únicos, los kappa (los chicos del río, con forma de tortuga) y los tengu (gente pájaro) son Yokai. Y la lista sigue y sigue, estos son los más importantes, pero por cada animal, se podría decir, los japoneses se inventaron un Yokai.
El Yokai Pop
Estas criaturas de las que te hablamos existen desde siglos y siglos y siglos, pero son símbolos tan poderosos de la cultura oriental que se han colado en la cultura pop, e irremediablemente han llegado hasta nosotros. Animes como Naruto, Inuyasha y Dragon Ball Z tiene claras inspiraciones en los Yokai.
En su forma más pura, los Yokai han sido utilizados en casi todas las películas animadas del genio Hayao Miyazaki (El viaje de Chihiro, Howl’s Moving Castle y la Princesa Mononoke, por ejemplo). Y lo mismo sucede con los manga, la historieta oriental. Fue en los años 60, de nuestro siglo, que Shigeru Mizuki popularizó en sus trabajos varios de los Yokai que hoy son “famosos”.
El nuevo cine de terror japonés también utiliza a estos seres. En películas como The Grudge, por ejemplo, vemos a apariciones desfiguradas por su odio, su resentimiento, su maldad. The Ring, con esa Samara tan maldita y escalofriante, también vemos un humano transformado, mutilado por sus emociones violentas. Uff, ¡que miedo me dieron esas películas!
La última y más patente aparición de los Yokai en la cultura popular fue gracias a Takashi Miike, en el filme The Great Yokai War (doh!). Miike (director de películas como Audition, Full Metal Yakuza, Ichi the Killer, etc.) se basó en el filme de 1968 de Yoshiyuki Kuroda, Yokai Monsters. Trata sobre un niño que, por accidente, entra al mundo mitológico y debe ser el héroe definitivo en una guerra de los Yokai contra los humanos. The Great Yokai War es una película de fantasía, al estilo La Historia Sin Fin, pero tiene momentos realmente escalofriantes. Si tienes las agallas, un recomendado para el fin de semana. Aquí te dejamos el trailer.
Muy buen artículo. Sigo bastantes mangas y en muchos de ellos se observa esta "obsesión" de sus autores por colar sus bonitos onis. Su mitología es todo un referente. S@lu2.
#1 muy buena la info pasen a ver mi video sore kushisake onna
http://youtu.be/FggFV3Zy788
Vaya la mitología japonesa que es interesante 🙂
los yokai siempre me han llamado la atencion
se nota la diferencia de culturas hasta en los monstros xD