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Así lo demuestra un programa implementado en una escuela de Birmingham, que premia a los niños que muestran buena disciplina con acceso a una habitación con consolas y juegos.
Hace unos años (no tantos) bastaba con las sanciones comunes (puntajes, suspensiones, detenciones) para mantener a los alumnos en regla. Claro, siempre estaban los rebeldes, pero luego de un buen castigo la mayor parte del alumnado cumplía con las reglas disciplinarias requeridas. Hoy en día ya no es tan sencillo mantener el control, y no hay forma de amilanar o motivar a los estudiantes para que sigan el código de conducta. La Escuela Selly Oak en Londres puede haber encontrado una solución, beneficiando a los alumnos con mejor comportamiento con acceso a una sala de juegos en la que pueden usar una Xbox o Nintendo Wii. Mientras estos alumnos premiados disfrutan de vídeojuegos en pleno espacio escolar, el resto observa desde fuera la oportunidad que podría ser suya.
El director de la escuela, Graham Ridley, asegura que esta motivación está eliminando las confrontaciones en los salones. Ridley explica que tomaron conciencia que los puntajes por casa no son relevantes para los niños, por lo que apuntaron a algo que realmente les interesara. En la primera etapa del programa se premió a 180 alumnos (20 de los cuales pueden utilizar un uniforme distintivo) dejando a 410 estudiantes recapacitando sobre los beneficios/contras de su mal comportamiento. Antes de implementar el programa, los profesores pasaban un 90% de su tiempo lidiando con problemas de conducta, un tiempo que se ha reducido a la mitad gracias a este sistema de motivación.
Dance Dance Revolution en las clases de educación física, hologramas para el aprendizaje de Historia y vídeojuegos como motivación para mantener la disciplina. Las escuelas finalmente se van modernizando, y nosotros, los viejos, recordamos enormes enciclopedias, golpes en las manos y maldecimos por lo bajo nuestra mala suerte.
