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Liquid Magnetic Sculpture (Arte magnético)

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Los artistas, al igual que los profesionales de todas las demás áreas del conocimiento humano, se nutren de la tecnología para crear obras cada vez más complejas e inquietantes. Los ferrofluidos, una especie de “sopa de nanopartículas ferromagnéticas” poseen propiedades físicas muy especiales, que los tecnoartistas aprovechan para crear esculturas increíbles. Pasen y vean.

Técnicamente, se denominan ferrofluidos a una clase especial de líquidos capaces de polarizarse en presencia de un campo magnético. En general, los ferrofluidos están compuestos por pequeñísimas partículas ferromagnéticas suspendidas en un fluido que hace las veces de soporte. Este líquido puede ser alguna clase de solvente orgánico o simplemente agua del grifo.

Pero lo verdaderamente importante en un ferrofluido son las nanopartículas ferromagnéticas que se encuentran en suspensión, ya que deben estar recubiertas por un surfactante (un agente capaz de disminuir la tensión superficial de un liquido)  para evitar su aglomeración cuando el ferrofluido se somete a las fuerzas magnéticas externas.

Los ferrofluidos están compuestos por pequeñísimas partículas ferromagnéticas

Las nanopartículas están compuestas principalmente por magnetita o hematita (o alguna otra sustancia ferrosa), y tienen un tamaño promedio en torno a los 10 nanómetros, esto es, 10 milmillonésimas partes de un metro. La agitación térmica basta para que se distribuyan de forma uniforme en el seno del fluido, de la misma manera lo hacen los iones en una solución salina acuosa paramagnética.

¿No es bonito?

Dejando de lado todo este galimatías técnico, digamos que si se somete uno de estos ferrofluidos a un campo magnético adopta formas de los más extravagantes, dado que las partículas ferrosas se alinean con las líneas de fuerza del campo. Esta característica es explotada por los artistas para crear obras como las que se ven en las fotografías o en el video siguiente:

Sin dudas, la nanotecnologia cambiará el mundo. No solo ayudara a crear mejores y más eficientes máquinas o medicamentos, sino que hará de las salas de arte un lugar casi mágico. El mundo imaginado por Neal Stephenson en La era del diamante: manual ilustrado para jovencitas está cada vez más cerca. ¡Que no los coja desprevenidos!

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Escrito por Ariel Palazzesi

4 Comments

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  1. Muy bonito, me ha encantado. Me gustaría aprender a construir algo así (yo estudio Bellas Artes y seguro que por algo así me ponen matrícula de honor 😛 jejeje).

  2. ooo ,, ,el apocalipsis ,,, un dia es una obra de arte ,, y mañana seran robonts tipo termineitor ,, XD .,… ya enserio faltara poco para que le den un uso ,, y lo encontremos en nuestras vidas,, , buena info ,, gracias,

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