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Mientras la RIAA intenta litigar en su caso contra Debbie Foster, pone en evidencia a las 25 Universidades más notificadas por piratería.La Recording Industry Association of America (RIAA) publicó hace poco un top de 25 universidades donde se piratea música. Se calcula que hasta el momento se han enviado 14.500 notificaciones de infracción a los derechos de autor. Entre las instituciones que encabezan la lista, están la Universidad de Ohio, la Universidad de Purdue, Howard, Boston, Syracuse y la Universidad de Nebraska. El estar dentro de la lista, sin embargo, no implica mayor cantidad de infracciones, sino, mayor cantidad de notificaciones enviadas por la Asociación.
Las notificaciones no son tomadas de la misma forma por todas las instituciones. Mientras algunas Universidades penalizan (con expulsiones o cortes al servicio de Internet) las reincidencias en la descarga ilegal de música, otras, como la de Purdue, se lavan las manos respecto a las actividades privadas de sus estudiantes. La RIAA alerta que este tipo de actitud llevará indefectiblemente a una demanda, aunque quizás el resultado del caso contra Debbie Foster refuerce la actitud despreocupada de algunos notificados.
El Juez de Distrito, Lee R West, no sólo falló a favor de Foster, sino que decidió que le fueran pagados los honorarios de su abogado. La RIAA apeló al caso y aprovechó para resaltar que dichos honorarios excedían los daños que esperaban subsanar de haber ganado el caso. En su apelación, la Asociación argumenta que los dueños de los proveedores del servicio de Internet (ISP) deberían ser considerados responsables aunque no tengan conocimiento de las infracciones. El Juez West, sin embargo, considera que estas argumentaciones son marginales e improbables. Algo que tiene su lógica en el hecho de que la RIAA basa sus acusaciones en que el ordenador de Foster reproducía música en un área común, y el ISP debería haberlo notado.
Las cosas no se ven bien para la RIAA, y quizás empeoren si no controlan su afán. Es que tildar de ilegal cualquier música reproducida en un ordenador, los hace ver un poco paranoicos.
