Aunque se había asegurado que la tensa situación político-militar que se está desarrollando en Ucrania no afectaría la relación entre la NASA y su equivalente rusa, dicha seguridad se acaba de ir por el retrete: Un correo filtrado, el cual fue rápidamente confirmado a través de una declaración oficial, revela la interrupción total de los canales de colaboración con Rusia, exceptuando a la Estación Espacial Internacional.
Siempre creí que nada bueno puede surgir cuando la política se mete en el mundo de la ciencia, y lo único que logra esta noticia es reafirmar esa creencia. También reconozco que una importante cantidad de desarrollos militares, estimulados en general por decisiones políticas, trasladan eventualmente sus logros al ámbito civil. Sin embargo, esto es muy diferente. La “novedad” se esparció a una velocidad que sólo la Web puede alcanzar, y si bien hemos aprendido a dudar de los correos electrónicos filtrados, los detalles que apuntaban a un origen legítimo no tardaron mucho en acumularse.
El memo fue distribuido por Michael F. O’Brien, administrador asociado para las relaciones internacionales e “interagencia” de la NASA. Su texto indica que debido a la “violación en progreso” de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania por parte de la Federación Rusa, el gobierno de los Estados Unidos ha determinado que todos los contactos de la NASA con representantes rusos sean suspendidos, a menos que exista una excepción específica. Dentro de esta suspensión general se incluyen los viajes de empleados a Rusia, visitas de oficiales rusos a instalaciones de la agencia, reuniones bilaterales, correo electrónico, y cualquier forma de vídeo o teleconferencia. Las únicas excepciones hasta el momento son las actividades relacionadas a la operación y mantenimiento de la Estación Espacial Internacional, y reuniones multilaterales que no se desarrollen en territorio ruso, pero que cuenten con participación de ese país.
La confirmación llegó a través de una publicación oficial de la NASA en su perfil de Google Plus (enlace más abajo). Allí se reiteró una parte de lo que pudo apreciarse en el correo filtrado, pero el nuevo texto agrega que la agencia se encuentra completamente enfocada en trasladar todos los lanzamientos de astronautas a territorio estadounidense, e interrumpir la “ruso-dependencia”. También menciona que esto ha sido una “prioridad” para la Administración Obama durante la última media década, y que de contar con el presupuesto completo, los astronautas estadounidenses estarían viajando al espacio desde su país el año entrante. Sin embargo, debido a la reducción establecida por el Congreso, esto no sucederá antes del año 2017. La NASA remata con una decisión simple: O recibe los fondos necesarios para que Estados Unidos pueda enviar astronautas al espacio una vez más, o sigue pagando millones de dólares a los rusos. Estamos ante la preocupante posibilidad de que el programa espacial se retrase décadas debido a este conflicto. Por supuesto, algunos creen que esta “mini guerra fría” podría tener efectos positivos en el desarrollo científico… pero ya no estamos en los ‘60…
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