“¿Cuál es el sonido que hace la palma de tu mano?” Nuestra intención no es en realidad explorar de forma profunda poemas de origen chino, sino que en realidad queremos mencionar el hecho de que, aunque muchos tengamos el privilegio de poder escuchar, lo cierto es que no sabemos tanto sobre el sonido como suponemos. Incluso existen cosas que pueden generar cierta clase de sonido, el cual ignoramos por completo. Una de esas cosas es nuestro propio cerebro. Ahora, las variaciones que son detectadas en la actividad cerebral pueden ser interpretadas como tonos especiales, los cuales podrían ayudar a determinar si una mente es saludable, o si sufre alguna clase de disfunción.
Gracias a la tecnología de la resonancia magnética, se puede detectar qué regiones del cerebro registran actividad durante alguna acción determinada. Sea que nos encontremos enojados, felices, concentrados o relajados, dichos estados pueden ser de cierta forma “registrados” e interpretados. Estos registros, gracias a un programa creado por el filósofo Dan Lloyd del Trinity College en Hartford, pueden ser divididos en diferentes regiones, a las cuales se les asigna un tipo de tono. El software lee estos registros, y reproduce las notas, variando el nivel de volumen de acuerdo a la intensidad de la actividad registrada.
Para probar las capacidades del software, Lloyd se utilizó a sí mismo como conejillo de indias al alimentar al programa con lecturas provenientes de su propio cerebro. Por un lado, ingresó registros de su cerebro mientras realizaba una tarea que demandaba cierto nivel de concentración, como fue conducir un coche virtual, y luego ingresó registros de cuando se encontraba descansando. De esta forma, Lloyd pudo detectar la “diferencia de sonidos” entre ambos estados del cerebro. Luego, las pruebas se extendieron a otras personas saludables, y a aquellos que sufren desordenes mentales como demencia o esquizofrenia. De acuerdo a las mediciones, se pudo detectar cuáles eran las personas enfermas y cuáles eran las saludables gracias a las variaciones en los registros de las personas enfermas, que “sonaban” mucho más erráticos que los sonidos generados por los registros de las personas sanas.
Varios expertos creen que esta tecnología tiene potencial, ya que podría detectar variaciones entre casos similares que no resultan evidentes en una resonancia magnética. También serviría para detectar alguna actividad errática en una región específica del cerebro, la cual luego podría ser explorada más profundamente con los sistemas actuales de resonancia. Lo más impresionante de todo es que, según Lloyd, no hay tanto de cáotico o de aleatorio en los sonidos, sino que “casi” se parece a música. Habría que ver a este programa un poco más de cerca, pero lo que muestra el vídeo se ve, o mejor dicho, “suena” muy interesante.
En la ultima parte del video se escucha como si fuera musica de verdad, me pregunto si alguien con un cerebro entrenado puede hacer música incluso hacer ritmos conocidos o hasta las escalas musicales.
!!sorprendente¡¡
HOPOLAPA APAMIPIGOPOS:
Hola amigos, basta con variar espacios o sonidos para que, al cambiar el ritmo, sea màs difìcil interpretar un idioma, hasta que… "el oìdo se acostumbra" y "lo hace sin dificultad. Es como aprender jeringoso, un idioma casero que refuerza el sonido de las vocales… Pero para "acostumbrarse" el cerebro debe "fabricar una proteìna". Recordar, pensar, hablar, escuchjar, prestar atenciòn, es activar proteìnas. De manera que todos los sìmbolos que contemplamos, que oìmos, que llegan hasta nosotros, nos indican "nuestro nivel familiar de proteìnas". Encontramos entonces los mensajes "que nos merecemos". Medìtalo…