El permanente progreso en campos como la electrónica y la inteligencia artificial (IA) hace que los investigadores se planteen hoy como será nuestro futuro, cuando vivamos rodeados de robots.Éstas son sólo algunas de las preguntas que se abordan en las jornadas tituladas “Derechos de los Robots” que se están llevando a cabo en Londres: ¿Un robot consciente debería tener los mismos derechos y obligaciones que un humano? ¿Podían los robots asumir un día el cuidado de nuestros mayores? ¿Serán los soldados del futuro? ¿Cuándo se harán cargo de nuestras tareas domesticas? ¿Tendrías sexo con un robot? Los oradores son expertos en diferentes áreas de la robótica, y forman parte de una red llamada ‘Walking with Robots’ (Caminando con Robots) que reúne a los principales investigadores en robótica inteligente y divulgadores científicos.
Uno de los puntos sobre los que más se discute es el referido a los derechos de los robots, un tema que ya hemos tocado en NeoTeo. Los investigadores se plantean estas cuestiones teniendo en mente el progreso que se hará en el campo de la inteligencia artificial durante los próximos 20 a 50 años. ‘Walking with Robots’ está utilizando este debate como punto de partida para explorar una amplia gama de cuestiones periféricas, tales como la limitaciones tecnológicas actuales (y como superarlas), robots conscientes, seguridad, etc.
La “tecnología robótica está acelerando, y ya proporciona maquinas para el hogar, el trabajo y para los militares. Es difícil continuar, y estamos en un punto en que es necesario tomar algunas decisiones que afectarán nuestro futuro,” dice el profesor Noel Sharkey. “Algunos investigadores creen que los robots tendrán conciencia dentro de unos 50 años, y otro creen que esto no es posible. Mientras algunos gobiernos están comenzando a elaborar pautas éticas, necesitamos iniciar ahora una consulta pública apropiada e informar a la gente.”
Durante los próximos cuatro años, una sociedad artificial de robots será creada en un laboratorio en Bristol, con alrededor 60 pequeños robots organizados en grupos programados para actuar en función de los demás e imitarse. El equipo manejará las condiciones bajo las cuales los robots conviven, y observaran cómo se comportan juntos. Esta investigación procurará identificar e interpretar los patrones de comportamiento buscando evidencia que demuestren si una cultura robótica puede emerger de ese experimento.
El Robin Durie, de la universidad de Exeter, explica: “Utilizaremos los robots como un microscopio para estudiar la evolución de la cultura. La posibilidad que una cultura genuina, no humana, pueda emerger del laboratorio es emocionante y constituye un desafio.”
A largo plazo, estas preguntas tienen el potencial de echar nueva luz en algunos de los grandes desafíos políticos que nos enfrentan hoy, por ejemplo cómo nos relacionamos con la gente de las culturas que aparecen ser fundamental diferentes a la nuestra.
Resulta evidente que los próximos cincuenta años serán muy interesantes, al menos, en lo que a este tema se refiere.