“Cuanto más severa la crisis, más poderosa era la creatividad de las personas”. El artista Ernesto Oroza ha estudiado lo que él ha llamado la desobediencia tecnológica de los cubanos, que ante la carencia de recursos supieron crear formas alternativas de satisfacer necesidades tecnológicas, mientras aprendían a utilizar las máquinas. Una historia y un museo del DIY en vídeo en homenaje a los hackers cubanos.
Al estallar la consciencia de la carencia y cuando la falta de recursos se presenta no como un suceso temporal sino como algo que puede que se haga permanente, la creatividad para la supervivencia ofrece aquellas soluciones escondidas en los momentos de bonanza, solapadas por la satisfacción de lo urgente y por la innecesariedad de ponerse a pensar lateralmente. En Cuba, desde que el colaborativo imperio ruso cayó y Estados Unidos reforzó su bloqueo comercial, la falta de recursos tecnológicos ha significado un aislamiento aun mayor para la isla, que sólo se ha visto combatido por los habitantes utilizando la imaginación y la viveza que surge entre las callejuelas de la Habana. El artista cubano-estadounidense Ernesto Oroza ha puesto el ojo sobre esta especie de reciclado creativo y ha pasado mucho tiempo estudiando las innovaciones tecnológicas hechas en casa que han ido surgiendo desde los 60’, cuando Cuba cayó en una crisis económica que la ha aislado todavía más.
Oroza se puesto en comunicación con muchos inventores cubanos, aquellos que desde 1970 y bajo comando espiritual del Ché Guevara, crearon la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) con el fin de crear tutoriales y guías para máquinas para hacer uno mismo (DIY), reparar electrodomésticos y e inventar nuevas formas de aprovechar y potenciar las bondades de la tecnología que tenían a mano. A finales de los 60, Estados Unidos se llevó a todos los ingenieros de la isla, y debido a eso Fidel Castro llamó a todos los habitantes a aprender ingeniería, electrónica y otras artes manuales para refundar una generación que supiera usar las máquinas. La revista Motherboards le hizo a Oroza una entrevista en Miami y luego un video llamado Los inventos cubanos tras 30 años de aislamiento, donde el cubano mostró una tonelada de inventos hechos por cubanos bajo las más estrictas limitaciones de recursos en un periodo y un movimiento que Ernesto Oroza denominó como Desobediencia Tecnológica.
Entre los ejemplos que muestra el video podemos ver pequeños dispositivos para recargar baterías que no son recargables, especialmente para aquellas personas que usaban audífonos para poder oír. A su vez también hay antenas en forma de bandeja o al revés, que funcionan perfectamente y sólo requieren de una bandeja metálica recortada y el cableado pertinentes. También están la historia sobre cómo partían a la mitad los electrodomésticos para reciclarlos o cómo usaban la masa de la toronja como si fuera carne. Entre el cajón de las invenciones Oroza también rescata las mil y una anécdotas sobre los ventiladores que eran reparados o re armados con partes de otros, o sobre cómo los inventores y racionalizadores cubanos aprovechaban motores de secadoras para hacer bicicletas con motor.
Sin lugar a dudas, la desobediencia tecnológica es una historia y un concepto increíble, testigo de que la creatividad colaborativa supera cualquier tipo de bloqueos y carencias.
Por que no se centran en el tema? Que si Fidel y la Revolución, aquí no se está hablando nada de eso! Puta y cochina politica que me sale hasta en la sopa….
Cuanta razón sienes hermano.