K-meleon: ni Internet Explorer, ni Mozilla Firefox

La batalla de los navegadores sigue al rojo vivo. Mientras la mayoría todavía conserva su preferencia por el de Microsoft, la tendencia sigue en alza para el “zorro”, Firefox.

Si ninguno te convence, existe una tercera opción. Y no se llama Opera, sino K-meleon.

Hasta hace unos años, era dificil pensar en navegar con otro programa que no fuera Internet Explorer. Con la integración de la versión 6 en Windows XP, su popularidad se consolidó hasta niveles difíciles de alcanzar. Esto, justamente, es lo que ha tratado de conseguir Mozilla con su hijo prodigio: Firefox. Ha ganado y sigue reuniendo cada vez más adeptos, que ven en él un software mucho más sólido, rápido, personalizable y seguro. Por su parte, Opera siempre ha sido el tercero en discordia. Y a pesar de su desarrollo ha progresado notablemente (debe ser el navegador más completo en existencia), su nivel de compatibilidad todavía no está a la altura de sus competidores. Hay páginas que todavía se resisten al motor Presto, la base funcional de Opera.

Tiene que haber otra alternativa. Y la hay: se llama K-meleon. Para resumirlo, se trata de un navegador que funciona tal cual lo hace Firefox (gracias a que utilizan el mismo motor: Gecko), pero consume mucha menos memoria, es ligeramente más rápido y viene preparado para operar “de fábrica”. Tiene todo lo que se necesita para ejecutar cualquier contenido de Internet. Veamos en más detalle todo lo que nos tiene para ofrecer este excelente software gratuito. Ah, ¿no lo mencionamos? K-meleon es libre y se distribuye bajo licencia GPL. Otro punto que juega a su favor.

Para comenzar a explorarlo, lo primero que necesitas –lógicamente– es descargarlo. Puedes conseguir el instalador en español o bajarte el programa en un archivo comprimido y añadirle el paquete de idiomas para traducirlo a nuestro idioma de forma separada. Para analizar las funciones, vamos a referirnos a ellas por su nombre en castellano.

La interfaz es lo primero que salta a la vista. A pesar de verse básicamente completa, estéticamente no es muy bonita. No es que nos interese, pero es un detalle para los más exigentes. De todas maneras, K-meleon se puede personalizar con los recursos (pieles, botones, fondos, etc.) que se encuentran en su web. Vemos que aparece la barra de menú, la de herramientas y la de pestañas, que aquí se llaman capas. Dentro de la primera barra, vemos un botón con la forma de una carta. Éste nos dará acceso al cliente de correo electrónico para revisar los últimos mensajes arribados a la casilla. Otro botón, esta vez con forma de planeta, se utiliza para hacer búsquedas en motores famosos de la Red. Las lupas con los signos de + y – ayudan para las personas con poca visión que suelen tener dificultades con las letras chicas en determinadas páginas.

Aunque viene directo para usar, no está de más echarle una mirada a las opciones. Las encontramos en el menú Editar -> Preferencias. Páginas de inicio, el comportamiento de las capas, la configuración del proxy y el estado de los agregados (plugins), son una porción pequeña de las cuestiones a revisar. Si no les resulta suficiente, en Editar -> Preferencias avanzadas tienen otra parva de opciones para probar. No cabe duda que K-meleon se puede tunear al máximo. Sólo hay que tomarse el tiempo para hacerlo.

El comportamiento de K-meleon se define desde las opciones, pero el acceso a las principales funciones aparece en la ventana principal. El Historial se abre en una ventana flotante, para mayor comodidad. El menú Ver -> Inicio ofrece distintas alternativas al momento de abrir K-meleon. Y para los que están más duchos con la programación para esta clase de navegadores, se harán un festín con las alternativas dentro de Editar -> Configuración. Simple para los inexpertos, complejo para los usuarios avanzados; así es K-meleon.

Aquí empieza lo verdaderamente interesante. El menú Grupos tiene, de movida, dos variantes posibles: Añadir página al grupo y Añadir capas al grupo. Primero: ¿qué son los grupos? Son como los marcadores de Firefox o favoritos de Internet Explorer. Al elegir la primera opción, nos pedirá el nombre del grupo que guardará ese marcador y guardara la página activa en él. Luego, aparecerá para elegir dentro del mismo menú Grupos. La segunda opción es para añadir todas las pestañas o capas activas dentro de un grupo. De esta manera, cuando luego lo elijamos en el menú, se abrirán todas estas capas en su correspondiente barra. Esa es la diferencia con los favoritos y los marcadores: los grupos pueden guardar más de una dirección y abrir más de una página a la vez al hacer clic en ellos.

Para lo último dejamos la cereza del postre. El menú Herramientas reúne todo tipo de funcionalidades sumamente buenas. Por ejemplo, el lector de noticias y vínculos RSS, accesible y configurable desde Correo y Noticias. Un servicio de traducción muy efectivo en Traducir del que funciona mucho mejor que el de Google. Todos los parámetros relacionados con la seguridad del ordenador y los datos alojados en él (bloqueo de código Javascript, de ventanas emergentes, limpieza de cookies, de historial, bloqueo de objetos Flash o Java, etc.), se encuentran en el menú Privacidad. La llamada Identidad del navegador es la que define cómo se reconoce a nuestro navegador en la Red; cambiarla por otra (como la de Internet Explorer, Firefox u Opera) puede ser útil en páginas que tengan restricciones de acuerdo a este dato. Para finalizar, los Gestos del ratón, una variante que nos permite ejecutar comandos que comunmente pinchamos, pero haciendo algún movimiento con el ratón. ¡Pruébalo! Verás que puede ser más intuitivo que llevar el puntero de aquí para allá.

Fue una agradable sorpresa toparnos con un navegador tan o más rápido que Firefox, con tantas variantes a la hora de configurar y, a su vez, tan liviano. Se desempeña muy bien y asegura tener la misma compatibilidad que con el zorro de Mozilla. No te dejes intimidar por su estéticamente fea interfaz; aquí lo que vale es la funcionalidad, y eso K-meleon tiene de sobra.