Un equipo de científicos de la Universidad de Osaka, liderados por Jun Tanida, desarrolló una cámara que captura una escena y la convierte automáticamente a una imagen 3D
Llamada TOMBO (Thin Observation Module by Bound Optics), la cámara consiste en nueve pequeños lentes que capturan cada uno la misma escena pero desde ángulos apenas distintos.
La imagen obtenida es luego procesada a través de un software que emula el proceso natural que algunos insectos realizan, para obtener distintas tonalidades de luz y colores y transformar todo en una imagen en tres dimensiones.
El principio detrás de TOMBO no es nuevo, durante años los investigadores han estado tratando de crear cámara que produzcan imágenes tridimensionales. Pero el equipo de Tanida lo ha logrado en un tamaño muy pequeño, y sus algoritmos de procesamiento de imágenes son muy avanzados.
La única contra de este sistema es que por el momento su resolución es algo limitada, con apenas 1,1 megapíxeles. Aunque el equipo de Tanida confía en aumentar la capacidad del sistema a un mínimo de 3 megapíxeles, algo que también ayudará a mejorar aún más el realismo de las imágenes obtenidas. Además, resalta Tanida, en algunas aplicaciones donde la resolución no sea tan imporante TOMBO ya está en condiciones de operar con gran eficacia. Por ejemplo como cámara de vigilancia de sectores de estacionamiento.
La gran ventaja de TOMBO es que su tamaño es muy reducido (aproximadamente igual a un botón de camisa), lo que le permitirá ser embebido en móviles, o incluso situarle como cámaras de vigilancia en lugares extremos, como bajo las alas de un avión comercial, sin causar ningún efecto aerodinámico negativo.
Un antes y un después en el cine porno 🙂