Convertir los desperdicios en energía es uno de los más grandes anhelos de los científicos. Por un lado, se obtiene energía barata, y por otro, se eliminan los desperdicios. Todas parecen ventajas. En breve, 67.000 hogares españoles utilizarán electricidad obtenida de la basura.
Dentro de unas semanas, en marzo, en el municipio coruñés de As Somozas comenzará la construcción de una planta del Grupo Toysal (una compañía gallega de procesamiento de desechos) que literalmente transformará la basura en energía eléctrica.
La tecnología utilizada en este proceso proviene de la empresa norteamericana Solena, y se basa en procesos estudiados originalmente por la NASA. Mediante la “cocción” de la basura en una especie de microondas gigante, se transforman unas 6 toneladas por hora de neumáticos, disolventes y pinturas, que, sin emitir gases contaminantes, se transforman en energía eléctrica.
La planta de procesamiento tendrá un costo cercano a los 62 millones de euros, y dará empleo a unas 30 personas. Será capaz de eliminar seis toneladas de basuras industriales y orgánicas por hora, generando en el proceso 15 megavatios de electricidad. Como “subproducto” de este proceso, se obtiene un gas que es utilizado para mover turbinas eléctricas, reemplazando al gas natural.
En As Somozas lo generado alcanzará para suministrar energía a 15.000 viviendas. Pero no se trata del único proyecto en marcha: el Grupo Solena venderá su tecnología a los cordobeses de Belmez, donde se construirá otra planta a finales de este mismo año. Con un costo ligeramente mayor (68,3 millones de euros), y un 30% de la financiación obtenida de la Unión Europea en forma de subsidios, podrá generar otros 42 megavatios de electricidad por hora, alimentando 42.000 casas andaluzas.
El secreto de estas plantas reside en su proceso industrial que transforma basura en gas. En lugar de enterrar o amontonar los desperdicios en grandes basurales, la tecnología de Solena genera temperaturas de unos 5.000 grados centígrados sin utilizar combustión, es decir, mediante la aplicación de energía, tal como se cocina la comida en un horno de microondas. Se trata de un mecanismo basado en plasma, un gas ionizado que e considera el cuarto estado de la materia
Ese calor extremo basta para gasificar la materia que compone los desperdicios. Ese gas, una vez que se limpia de sulfuro, cloruro y otros elementos químicos contaminantes, puede usarse como fuente energética capaz de mover turbinas de generadores.
Originalmente, el proceso que utilizaran los españoles para reconvertir desperdicios en basura, fue puesto a punto por Salvador Camacho, de la NASA. Este descubrimiento le valió el apodo "el padre de la tecnología de plasma". Camacho usó esta tecnología para reproducir en el laboratorio las altísimas temperaturas a las que se exponen las naves cuando reingresan a la atmósfera terrestre.
La suba del precio del barril de petróleo ha hecho que este tipo de procesos, considerados durante años como “muy caros”, hoy sean totalmente rentables, a la vez que proporcionan una forma limpia de eliminar los desechos. Solena no solo construirá las plantas de España, sino que también lo hará en California, Praga y Puerto Rico.
Una muy beuna iniciativa, convertir los residuos en una fuente de energia solucionaria muchos problemas.