Siempre tratamos de seguir de cerca cualquier novedad relacionada con la retroinformática, ¿pero qué pasa cuando el componente «retro» está en el software? Dos años atrás hablamos sobre el regreso de un clásico como el mensajero instantáneo ICQ, con builds para media docena de plataformas. Mientras que sus viejos rivales caen de rodillas frente a nuevos sistemas como WhatsApp y Facebook Messenger, el ICQ todavía da pelea, y recibe actualizaciones. Dicho eso, ¿por qué no lo probamos?
Una curiosa noticia apareció en mi feed recientemente: Yahoo Messenger dejará de existir el próximo 5 de agosto. «¿Dejará de existir?» Algo en mi mente me decía que ya llevaba un largo tiempo desaparecido, pero no era así. La llamada «vieja guardia» de los mensajeros instantáneos se está convirtiendo en historia, un programa a la vez. El escalofriante dominio de Facebook Messenger y WhatsApp no dejan mucho espacio para discusiones. Todos mis amigos y contactos se encuentran allí. Cualquier intento de sugerir o recomendar una plataforma alternativa está destinado a caer en un saco roto… a menos que añada una pizca de nostalgia. «¿Y qué hay de ICQ entonces?» Al contrario de Yahoo Messenger, el ICQ se mantiene firme. Lejos quedó aquel mensajero dinámico con interfaz compacta. Hoy tenemos delante de nuestros ojos un programa más complejo, que trata de reproducir en cierto modo los puntos más fuertes de sus competidores directos, o al menos eso es lo que sucede con su build para Windows.
Y así fue como obtuve una copia de ICQ, sólo para encontrarme con una verificación obligatoria vía SMS. En términos sencillos, esto es un problema. Si no hay un móvil a la mano, no podrás recibir el mensaje con el código, y por extensión, no será posible crear una cuenta, cosa que debes hacer en la página oficial, y no desde el cliente. En mi caso, tuve que esperar cerca de un minuto para recibir el SMS, pero después fue necesario repetir el proceso porque la nueva cuenta no tiene una contraseña asignada. Sin contraseña, no hay ingreso con UIN, que era lo que quería desde el principio. Un SMS para crear la cuenta y otro para asignar la contraseña por primera vez no es lo que yo llamo «cómodo», y en este punto admito que la nostalgia se diluyó bastante. Antes era más sencillo.
Al no poseer ni un solo contacto en ICQ, lo primero que hizo la aplicación fue recomendar la instalación de sus hermanas en Android o iOS, pero eso no es necesario para ingresar a los «Live Chats», secciones públicas donde cualquiera puede charlar, añadir contactos, enviar y recibir emoticons/stickers… y un largo etcétera. Digo esto porque en un par de canales ofrecían transferencias de dinero en el acto. ¿Qué es un foro público sin un poco de spam? Ahora, ICQ revela un término de uso muy agresivo en sus áreas públicas. Dicho en pocas palabras, tanto ICQ como terceros pueden utilizar lo que hayamos publicado allí a gusto y placer. Las conversaciones privadas son efectivamente privadas, pero la interpretación de los términos de uso para las áreas públicas es una especie de «vale todo». El perfil de usuario «es» un área pública, aunque ICQ permite especificar la información que deseamos compartir.
Luego de explorar las opciones de configuración, que debo reconocer están a la altura de las circunstancias (voz, vídeo, notificaciones, etc.), recorrí un poco los fondos de pantalla con los que se puede personalizar al cliente, pero honestamente no hay mucho más. Está claro que la prioridad de ICQ hoy es el espacio móvil, o de lo contrario terminaría como Yahoo Messenger. El cliente de Windows no es más que un puente para sincronizar nuestra actividad en el smartphone, y no comparte casi nada con el clásico mensajero que recordamos. Generaciones diferentes con herramientas diferentes. Si quieres hacer tus propias pruebas, el enlace está más abajo.
2 Comments
Leave a Reply