En más de una oportunidad hemos escuchado hablar a escritores famosos sobre sus escapes a remotas cabañas en el bosque, llevando consigo una simple máquina de escribir portátil y mucho papel. Los ordenadores han cambiado la manera en que todos escribimos, pero aquellos que deseen una escritura más tradicional con la dosis exacta de tecnología, necesitan posar sus dedos sobre una Hemingwrite.
Voy a comenzar esta entrada con una pequeña confesión: Quiero una IBM Selectric. Son verdaderos tanques, una pesadilla de mantenimiento, y no tengo la menor idea de dónde voy a colocarla… pero quiero una IBM Selectric. En la casa hay tres máquinas de escribir (una de ellas eléctrica, que necesita limpieza con urgencia), acompañadas por una cantidad significativa de teclados mecánicos en diferentes estados, y aún así… bueno, creo que el punto se entiende. En la mayoría de los casos soy un férreo defensor de los avances tecnológicos, sin embargo, al igual que muchas personas siento ocasionalmente el deseo de arrojar el ordenador por la ventana y trabajar de forma diferente. El toque “retro” brinda cierto equilibrio, y escribir estas palabras sobre un IBM Modelo M es lo más cercano a una máquina de escribir. O al menos lo era, hasta que me crucé con el proyecto Hemingwrite.
Renunciar a todos los beneficios que aporta un ordenador en estos días suena muy extremo, en especial si tenemos en cuenta a la conectividad, pero Hemingwrite ofrece un compromiso. A simple vista es una máquina de escribir compacta que nos hace recordar a ciertos modelos con un pequeño renglón LCD incorporado y funciones de procesamiento de texto. Ahora, si estudiamos un poco más de cerca sus especificaciones, veremos que la Hemingwrite posee una memoria interna que le permite almacenar hasta un millón de páginas, pantalla de tinta electrónica de seis pulgadas, carcasa de aluminio y una batería que dura seis semanas. A esto se suma un teclado mecánico con interruptores Cherry MX (me gustaría saber qué tipo, pero su sola presencia habilita el cambio de teclas), y lo más importante: Conectividad WiFi y Bluetooth, además de integración con Evernote y Google Docs, que garantiza respaldos constantes.
Una máquina de escribir con WiFi y soporte para Google Docs. “El Kindle de la escritura”, de acuerdo a sus responsables. Aunque parezca mentira, la Hemingwrite tiene su atractivo al tratar de cubrir una demanda tan específica, y estaría mintiendo si dijera que no quiero una. La Hemingwrite participa de la competencia Insert Coin organizada por Engadget, y buscará un lugar entre los diez proyectos finalistas. Esto quiere decir que no hay fecha de lanzamiento ni precio, pero puedo hacer algunos cálculos. Si un teclado mecánico tiene un valor promedio de cien dólares, imagino que el precio de la Hemingwrite debería ser similar al de una tablet.
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