La potencialidad que tiene la investigación con órganos artificiales o con implantes de microchip es algo que no está muy abierto al público masivo, pues la mayoría desconoce que lo que normalmente podría demorar 10 años en descubrirse a través de cuidadas pruebas en humanos y animales, demoraría menos de la mitad investigando sin consecuencias graves. Esto desencadenaría en mayores avances y en curas para patologías que hoy parecen imbatibles, como las lesiones de médula espinal. Recientemente un grupo de científicos dieron vida a una médula espinal partiendo de células madre y descubriendo el funcionamiento de los conectores neuromusculares y cómo pueden crearse artificialmente.
En lenguaje vulgar, las células madre son células que bajo condiciones adecuadas de manipulación, pueden ser transformadas en células de distintos tipos debido a su capacidad de dividirse sin pérdida de las propiedades que la constituyen y las diferencias de otras células. Siendo entonces una fuente de regeneración de las que se pierden día a día con el sólo hecho de respirar. La idea es poder investigar más a fondo y usar este tipo de células madre para crear sistemas que combinen chips de bioingeniería con las propiedades de las células madre e intentar estimular procesos químicos y biológicos para reparar o sanar determinados problemas en el cuerpo humano. Un caso ejemplar sería el hito científico de recrear una médula espinal con células madre humanas, que por estas horas está rebotando en todas las revistas y medios de medicina.
Liderado por el bioingeniero James Hickman, los Investigadores de la Universidad Central de Florida ha conseguido algo que si no se lo toma con la premura de lo noticiable y se lo piensa en perspectiva, puede ser uno de los avances del año. Ayudados también por la Universidad de Brown (que colaboraron reuniendo muestras de células madre humanas en voluntarios), se han hecho de la atención de la medicina, la ciencia y los medios debido a que han usado células madre para generar y hacer crecer uniones neuromusculares que estarían entre las células musculares en humanos y las células de la médula espinal. En estos radica una función vital para el movimiento, pues son los conectores primordiales que utilizada el cerebro para comunicarse y controlar los músculos de nuestro cuerpo.
Semejante descubrimiento deja todo un halo de esperanza para aquellos que sufren de condiciones que hasta ahora consideramos irreversibles por los medios convencionales y actuales, como la que sufren los parapléjicos, hemipléjicos y todos aquellos pacientes con lesiones en la médula espinal debido a accidentes o a degeneraciones biológicas. No hay que tomarlo con desinterés, este avance y los que podrían venir en consecuencia, podría ser uno de los pilares de la medicina del futuro basada en chips y en órganos artificiales. Lamentablemente, la investigación con células madres podría estar más desarrollada si no existieran trabazones desde distintos grupos religiosos, pero aun así se las ingenia y demuestra otra vez que su actividad –siempre con el ojo de los comités éticos sobre ella- sólo apela a construir un mejor presente y un mejor futuro para el ser humano.
Los científicos de la Universidad de Florida han usado células madre para generar y hacer crecer uniones neuromusculares que estarían entre las células musculares en humanos y las células de la médula espinal.