Si hay algo que podemos destacar con facilidad de Google es que a veces sus proyectos parecen competir entre sí, pero no se trata de un error estratégico, sino todo lo contrario. En el caso específico de los sistemas operativos, el éxito de Android es contundente y los números de Chrome OS siguen ascendiendo, sin embargo, existe un proyecto en segundo plano que podría reemplazarlos a ambos. Su nombre código es Fuchsia, y aunque técnicamente tiene perfil open source, no está basado en Linux.
Android carga con varios problemas, pero el más crítico de ellos es la ausencia de una plataforma sólida para entregar actualizaciones a sus usuarios. Una vez que los parches llegan al código, todo depende de OEMs y proveedores de telefonía, quienes no demuestran ningún interés en soportar dispositivos más allá de sus compromisos esenciales. Esta y otras deficiencias se han arrastrado junto al sistema operativo durante años, lo cual instala una pregunta muy interesante: ¿Cómo sería Android si Google pudiera desarrollarlo desde cero, en 2017, con todo su conocimiento actual? La respuesta, es Fuchsia.
Los primeros detalles sobre este misterioso sistema operativo surgieron en agosto de 2016 como una simple línea de comandos. Hoy, Fuchsia tiene una idea de interfaz mucho más elaborada (bautizada «Armadillo»), con un modo tablet dedicado, pantallas divididas, y paneles de sugerencias. Por ahora no es mucho más que un esqueleto, y lo verdaderamente interesante del sistema operativo pasa por el bajo nivel. En términos sencillos, Fuchsia descarta al kernel Linux y el uso de la licencia GPL, en favor de un microkernel interno llamado Magenta, y una combinación de licencias Apache 2.0, MIT y BSD (3-Clause). Otra cosa que queda en el camino es todo el material «legacy» vinculado a Java. La interfaz está hecha con el SDK de Flutter, y las apps se basan en Dart.
Falta una semana para la edición 2017 de Google I/O. Lo ideal sería que la compañía decida compartir allí más datos sobre Fuchsia, pero algo me dice que ese no será el caso (espero equivocarme). Fuchsia tiene todas las características de un proyecto a muy largo plazo, y esa «distancia» tal vez sea necesaria para desarrollar una transición estable de Android y Chrome OS al nuevo sistema.
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