Ante la primera sospecha de la existencia de un dispositivo WiFi ajeno conectado a nuestra red inalámbrica, todo lo que debemos hacer es ingresar a la configuración del router y pedir la lista de direcciones MAC detectadas, pero hay otra opción más avanzada que requiere un poco de código y varios Raspberry Pi. El resultado es FIND-LF, una plataforma de detección WiFi que localiza físicamente los dispositivos a su alcance, y funciona de modo tal que no necesitan estar conectados a la red.
Pocas cosas son peores que encontrar a alguien colgado de nuestro WiFi. En un mundo ideal, las conexiones a Internet deberían ser más baratas, pero los proveedores insisten en subir los precios, lo que lleva a un número mayor de usuarios interesados en robar acceso, especialmente cuando usan sus dispositivos móviles. Con una buena contraseña y el mejor protocolo de seguridad que el router ofrezca, la gran mayoría de los intrusos se quedarán con las ganas, pero si las sospechas persisten, la lista de direcciones MAC registradas por el router nos dará una idea sólida. La alternativa, es una detección mucho más elaborada.
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La plataforma lleva el nombre de FIND-LF, y fue creada por Zack Scholl. En esencia, la idea es construir una red especial con terminales Raspberry Pi que actúan como receptores que constantemente realizan «probe requests» a todos los dispositivos WiFi que se encuentran a su alcance. Los paquetes son enviados a un servidor que procesa las «huellas digitales» de los dispositivos, y a su vez las envía a otro servidor que aplica aprendizaje de máquinas para calcular su ubicación física. Lo más interesante es que los dispositivos no necesitan estar conectados a una red inalámbrica local para ser detectados.
El enlace oficial a GitHub posee todos los detalles relevantes, además de los scripts y los comandos, para hacer funcionar a este sistema, pero debemos reconocer que no es algo sencillo. En primer lugar, la efectividad del rastreo depende de la cantidad de receptores, o sea que en un caso normal serán necesarios tres o cuatro Raspberry Pi como mínimo, cada uno con su fuente de energía correspondiente, un módulo WiFi configurado para modo monitor, y acceso a Internet. Y después está la inicialización de los Pi, la cual puede ser simplificada con ayuda de PiBakery. Dicho de otro modo, el rastreo de dispositivos WiFi con FIND-LF es sin dudas un proyecto avanzado, pero no por eso menos interesante.
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