Desde el principio hemos dicho que la fotografía es muy subjetiva, y si hay algo que resalta esa condición es el uso de los filtros. Algunos los aplican exclusivamente por la vía digital, mientras que otros se sienten más cómodos utilizando filtros físicos, instalados frente a la lente. El uso correcto de un filtro puede transformar a una foto normal en una toma extraordinaria, pero para lograr eso debemos conocer a fondo sus beneficios, y saber cuál es el momento adecuado.
Los filtros tienen la capacidad de dar a una fotografía ese pequeño empujón extra que necesita, o arruinarla por completo. Sólo basta con recorrer Instagram para ver lo que hacen sus usuarios con los filtros. Es muy difícil llamar fotografía a lo que ofrece ese servicio, con sus imágenes de tamaño similar a una estampilla, la plaga de los autorretratos, y la contradicción constante entre las imágenes de comida y los adictos al gimnasio… pero me estoy desviando. Tanto entusiastas como profesionales de la fotografía juegan con filtros, y aunque la ruta digital es conveniente, los filtros reales cargan con un perfil más natural, o al menos eso es lo que se escucha. A decir verdad, ciertas competencias de fotografía prohíben en sus reglamentos el uso de filtros digitales, debido a las cosas que se logran con la asistencia de herramientas avanzadas. Por supuesto, invertir en filtros es un proceso complejo, ya que el fotógrafo debe saber de antemano cuáles necesitará, y no caer en la trampa de recortar demasiado su presupuesto. Un filtro malo equivale a una imagen mala, y por más que una captura pueda repetirse, lo que se pierde al final es tiempo y dinero. Dicho eso, veamos algunos filtros:
UV y Skylight
Durante años hemos conocido a estos filtros como barreras para proteger a la lente, lo que definitivamente quieres hacer. La mala suerte no se limita a una captura perdida o baterías agotadas en el último instante. Un golpe o una raya en la lente puede tener consecuencias nefastas, y ante esa posibilidad siempre es preferible que el filtro sirva de sacrificio. Aún así, filtrar la luz ultravioleta (UV) y ejercer un mayor control sobre el color azul (Skylight) no es una mala idea para determinadas fotos.
Infrarrojo
No, este filtro no tiene nada que ver con la visión térmica del «Depredador». Su rol general es el de la desaturación (la RAE sabrá disculpar), o sea, bloquear colores para poder jugar con la palidez y los grises que surgen en ciertos escenarios, especialmente aquellos con mucha vegetación, amplios bosques, y agua. Ahora, no tomes eso como una regla ni mucho menos. La fotografía demanda que exploremos, y si crees que un filtro infrarrojo brindará sólidos resultados en un disparo, adelante.
Polarizador
Un caballo de batalla si me permiten la expresión, el filtro polarizador es muy utilizado a la hora de optimizar el contraste en una fotografía. Al mismo tiempo, también elimina reflejos no deseados en superficies como agua y vidrio, y muchos fotógrafos juran sobre su excelente efecto sobre las transparencias. Si la escena ya carga con mucho contraste, el filtro polarizador sería redundante, y los expertos sugieren que la fuente de luz se encuentre a los laterales.
Enhancer
El concepto de temperatura es muy importante en cualquier fotografía, y ahí es cuando interviene el filtro enhancer, también conocido como intensifier. Lo que hace es ignorar por completo a la mayoría de los colores, pero satura a aquellos considerados cálidos. Si por algún motivo una zona se ve demasiado pálida cuando debería tener un perfil más desértico, o el óxido parece demasiado apagado, el filtro enhancer podría ayudar. Obviamente, se recomienda moderación para no colocar demasiado calor en la imagen.
Densidad Neutra
Al igual que sucede con el filtro polarizador, el filtro de densidad neutra tiene una enorme relevancia para cualquier fotógrafo por el hecho de que reduce la cantidad de luz recibida por el sensor. El filtro de densidad neutra no tiene ninguna influencia sobre el color, pero si el plan es hacer una exposición larga y con baja velocidad de obturación, se presenta como un buen aliado. Ahora, una menor cantidad de luz en el sensor tiene consecuencias, y si notas que a la cámara le cuesta trabajo enfocarse, lo más probable es que debas darle una mano. ¿Cuál sería un buen punto de partida? Todas las flechas apuntan a tres o cuatro pasos de diafragma para comenzar.
Degradado
Para algunos fotógrafos, el filtro degradado debe ser colocado en la categoría de «filtros de efectos», pero otros prefieren mencionarlo por separado. Algo así como un primo no tan lejano del filtro de densidad neutra, el filtro degradado se destaca al momento de balancear contrastes, lo que implica (otra vez) una reducción de luz. Dependiendo de la situación encontraremos variantes neutras o de color, lo que en cierto modo va a teñir a la escena. Para una mayor flexibilidad, lo que se recomienda es usar el estilo cuadrado, con un portafiltro compatible.
De color
Finalmente llegamos al filtro de color, aunque en este punto las aguas se dividen un poco. Algunos fotógrafos creen que con el uso del balance de blancos, los filtros de color se reemplazan con facilidad, mientras que otros se apegan al método tradicional de saturar un color por arriba del resto. Son bastante económicos, y muy populares en la fotografía blanco y negro.
Al final del día, eres tú quien decide si debes usar filtros o no, o si prefieres soluciones digitales a filtros individuales. También hay una cuestión de presupuesto que debe ser evaluada con cuidado, pero eso es muy frecuente en el mundo de la fotografía. Como cierre, sólo me queda decir esto: Toma tu cámara y ve a buscar algo para fotografiar. Todo tutorial tiene sus límites, y no serás un mejor fotógrafo viendo un monitor, sino sacando fotos. ¡Buena suerte!
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