El futuro colocará sobre la mesa un desafío que ya le quita el sueño a economistas de todo el mundo, y es la pérdida de empleos debido a la automatización. Este desafío es real, y ya podemos sentir sus primeros efectos, pero a medida que las inteligencias artificiales se vuelvan más avanzadas, desplazarán de sus puestos a una mayor cantidad de humanos. El propio Elon Musk reconoce lo que viene en camino, y desde su punto de vista, se necesitará un mecanismo como la renta básica universal para adaptarse e integrarse mejor a ese nuevo mundo.
The Brain Center at Whipple’s es un viejo episodio de La Dimensión Desconocida en el que se exploran los efectos de la automatización. El señor Whipple, encantado con el proceso y los beneficios de reemplazar empleados humanos usando sistemas automáticos, decide seguir adelante… sólo para encontrarse a sí mismo al otro extremo de la soga, sustituido por un robot. Este choque entre carne y metal se ha repetido en varias ocasiones, y por más que seamos optimistas o pensemos de modo diferente, el hecho es que siempre ganó el metal. ¿Qué mejor ejemplo podemos hallar en nuestros libros de historia más allá de la Revolución Industrial? La transición no fue precisamente una fiesta que digamos, y el desempleo se disparó con la llegada de las máquinas y el vapor. Hoy estamos a las puertas de otra Revolución Industrial. La del código, el aprendizaje profundo, los algoritmos y las inteligencias artificiales. Podemos ser muy buenos en nuestros trabajos, pero los argumentos del otro lado son los mismos de siempre: Las inteligencias artificiales no comen, no duermen, no se enferman, no toman vacaciones, no hacen huelgas, son fáciles de mantener, y se vuelven más baratas (sin olvidar más hábiles) con el paso del tiempo. Ese cambio ya está sucediendo. La pregunta es: ¿Cómo va a responder el mundo?
Elon Musk sabe una cosa o dos sobre automatización. Después de todo, sus compañías fabrican coches, baterías, paneles solares, y cohetes. Durante una entrevista en el canal CNBC surgió exactamente este tema, y de acuerdo a Musk se necesitará la renta básica universal «o algo similar». También añadió que la gente tendrá la opción de hacer cosas más complejas e interesantes, además de contar con una mayor cantidad de tiempo libre. Por supuesto, la visión optimista de Musk cruza espadas con la visión pesimista de muchas personas al otro lado del charco (y en el resto del mundo) convencidas de que la RBU sólo llevará a la vagancia y a un colapso económico general. El punto es que Musk no se encuentra solo. El propio presidente Obama reconoció que es un debate «para los próximos diez o veinte años», mientras que Suiza exploró la posibilidad de iniciar un programa de renta básica, aunque fue rechazado por amplia mayoría.
Seguramente Musk será interrogado un poco más sobre su posición frente a la Renta Básica Universal, pero semejante transición, de llevarse a cabo, no se reducirá a entregar dinero y ya. Otro aspecto que Musk destacó es el de «una simbiosis mejorada» con las superinteligencias digitales. Usando palabras diferentes, nos vamos a tener que adaptar de un modo u otro. Una capacidad natural en el ser humano es la de inventar nuevos trabajos que reemplacen a tareas obsoletas. Ya encontramos un sólido ejemplo con este texto. Cincuenta años atrás hubiese ocupado la redacción de un periódico haciendo volar a una máquina de escribir. La prensa tradicional no ha desaparecido, pero hoy puedo llegar a miles de pantallas en forma casi instantánea, y como si fuera poco, lo escrito aquí permanecerá intacto por un largo tiempo. En lo personal, creo que si Occidente ingresa a la era de la renta universal, lo hará pateando y gritando. Tenemos un par de décadas muy complicadas por delante…
22 Comments
Leave a Reply