Los aviones comerciales son uno de los factores que inciden fuertemente en la contaminación del medio ambiente. Un nuevo modelo de avión ecológico minimizaría las emisiones de gases nocivos, a la vez que introduce un cambio radical en la forma de este vehículo de transporte.
Mientras que la mayoría de los viajeros hacen oídos sordos a las advertencias sobre las consecuencias nefastas que supone para el medio ambiente la quema de combustibles fósiles, un grupo de ingenieros aeronáuticos han tomado el toro por las astas. Están diseñando un nuevo concepto de avión, menos agresivo para con el medioambiente.
“Lo primero que hemos hecho es descartar la clásica figura compuesta por un cilindro con alas, a la que estamos acostumbrados”, dice Etnel Straatsma, de los Países Bajos, uno de los implicados en el proyecto.
El avión del futuro, según Straatsma, debería parecerse a un plato volador. Junto con otros ingenieros, están probando materiales livianos e ideas de diseño que permitan reducir como mínimo al 50% las emisiones de dióxido de carbono (medido en unidades emitidas por milla y pasajero) respecto de los aviones actuales.
Los aviones comerciales convencionales están al límite de su optimización. No hay posibilidades de hacer que puedan llevar más pasajeros sin aumentar la emisión de gases de efecto invernadero. Sin un cambio de diseño importante será imposible atender la demanda de los pasajeros, cuyo número crece al ritmo de un 5% anual.
Desde 1957, los aviones no han variado prácticamente su apariencia. Este equipo propone (aunque no hay planos disponibles todavía) la eliminación del 50% del metal que compone un avión moderno, reemplazándolo por fibras de carbono y plásticos. Esto debería dar como resultado aviones más livianos, que puedan transportar más kilogramos de pasajeros por cada kilogramo de aeronave.
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