Si el próximo fin de semana estás aburrido y no sabes con qué mantenerte ocupado, recuerda que puedes construir un altavoz casero con un alambre de cobre y un imán. Sí, así de sencillo. Una de las tecnologías más comunes de las últimas décadas tiene el potencial de convertirse en tu siguiente capricho científico, o al menos, en una manera de asombrar a los más pequeños de la casa…
La historia nos dice que los primeros avances sobre altavoces se llevaron a cabo a mediados del siglo XIX. También nos revela que el altavoz fue considerado como otro punto de conflicto entre Tesla y Edison, aunque la patente de lo que conocemos hoy como altavoz moderno fue atribuida a Chester Rice y Edward Kellogg. Pero es suficiente de historia por ahora. Lo cierto es que los altavoces están en todas partes. Tu ordenador, tu smartphone, la tablet, el televisor, la radio, los sistemas de anuncios… es uno de esos clásicos desarrollos con una función crítica, la cual desempeñan casi pasando desapercibidos, porque en realidad uno tiende a pensar en el contenido, y no en aquello que lo transmite.
El punto es que puedes hacer tu propio altavoz. Casero, improvisado, y con algunos errores tal vez, pero no deja de ser un altavoz. Tal y como lo demuestra el usuario mist8k en YouTube, todo lo que necesitas para comenzar es un alambre de cobre (esmaltado, como el que está en el interior de una bobina), y un imán. mist8k argumenta que se encontraba “jugando” con un pequeño motor eléctrico cuando “accidentalmente” una fuente de audio entró en contacto con el motor (vaya uno a saber cómo suceden esas cosas), lo que provocó que comenzara a escuchar música. Acto seguido, decidió aumentar la escala de su experimento un poco, usando un imán de neodimio y una pequeña copa de plástico como diafragma.
La limitada amplificación de los dispositivos a su alcance hace que el sonido sea relativamente pobre, pero la prueba de concepto está allí. Si quieres ver algo similar usando una fuente de audio mucho más robusta, el segundo vídeo que pertenece a Maxxarcade (y que dicho sea de paso, tiene algunos de los mejores tutoriales de reparación de audio en YouTube que haya visto), nos muestra a nada menos que un ventilador conectado a la salida de audio de un amplificador comercial (por lo que más quieras, no hagas eso).
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