Durante décadas hemos intentando construir inteligencias artificiales basadas en software. Pero ¿Por qué no intentarlo desde el hardware?Aún el software más inteligente que hemos sido capaces de desarrollar, y a pesar de las inversiones millonarias efectuadas, no tiene más inventiva que una cucaracha.
Algunos expertos opinan que esto se debe en gran parte a que si bien el software es a menudo capaz de reconfigurarse para “aprender” (redes neuronales, por ejemplo) el hardware generalmente permanece fijo.
Pero esto está cambiando. Un equipo noruego, perteneciente a la Universidad de Oslo, ha desarrollado la siguiente generación de hardware. La novedad es que este hardware incorpora el equivalente de los genes de los seres vivos, y los utiliza para mejorar su propio diseño. En unos cuantos segundos es capaz de simular de 20.000 a 30.000 generaciones, y reestructurar sus recursos de la forma que sea más eficiente para resolver un problema determinado. A la raza humana le tomaría casi un millón de años alcanzar ese numero de generaciones.
El equipo comenzó a aplicar sus teorías en el 2004. El primer prototipo era un pollo robot (¡si, un pollo!), que gracias a su diseño fue capaz de aprender a caminar por sus propios medios.
La evolución, mediante ensayo y error (o “fuerza bruta”, si se quiere) resuelve problemas que los programadores son incapaces de resolver.
El equipo, formado por Kyrre Glette y el profesor Jim Tørresen esta intentando construir un robot capaz de instalar, de forma totalmente autónoma, oleoductos submarinos a una profundidad de 2000 metros. De lograrlo, tendrían un millonario negocio entre manos, ya que los robots tradicionales no son eficientes en esta tarea.
"¿Por qué no intentarlo desde el hardware?"
Ehmm.. Me parece que la Naturaleza lo hizo antes, se llama cerebro.