El documental Web Junkies muestra los controversiales métodos chinos para curar la adicción a Internet en un centro de rehabilitación de Pekin. Allí los jóvenes son recluidos de la sociedad y obligados a realizar actividades militares, junto con terapias y dieta estricta. El Daxing Center abrió sus puertas a las cámaras de dos cineastas del New York Times y se encontraron con una realidad impresionante.
Para nuestra cultura occidental, la adicción a Internet es algo que existe pero nadie lo toma demasiado en serio como enfermedad. Hemos oído casos de personas tan adictas a determinadas aplicaciones de Internet que, quizás, se atrasaron en el colegio o gastaron dinero de más con la tarjeta de crédito. También han habido casos extremos, pero siempre fueron aislados. Sin embargo, en China la historia es muy distinta. Allí el especialista en adicciones Tao Ran llama a la internet “heroína electrónica”. Los jóvenes suelen encontrarse en los cyber café o desde sus casas para congregarse con gente de todo el mundo y compartir juegos online. Mientras en occidente el juego online es cada vez más aceptado, en China internan a los jóvenes que abusan de su tiempo frente al PC y los mandan a un programas intensivos militarizados como el Daxing Center. Allí reciben atención psiquiátrica y realizan actividades físicas todo el día. No saldrán de allí durante al menos 3 meses. Muchos son llevados en contra de su voluntad, generalmente engañados por sus padres y la angustia se ve constantemente.
Los especialistas creen que cualquier persona que pase más de 6 horas por día en internet, para otra cosa que no sea trabajo o estudio, puede volverse un adicto. En el 2008, China declaró la adicción a Internet como un desorden clínico y una amenaza a uno de cada siete jóvenes según encuestas. Sin embargo, los juegos online siguen siendo diseñados para causar más y más adicción. Los casos del centro Daxing son serios: “Estuve jugando durante 3 días. Se sintió bien.” Tao Ran asegura que muchos de ellos llegan al punto de usar pañales para no tener que ir al baño y perjudicar el rendimiento. Si bien es una situación extrema, lejos está de inyectarse heroína en las venas. En definitiva lo que más afecta a estos adolescentes es la soledad. Los padres de China tienden a tener grandes expectativas para sus hijos y no se conectan emocionalmente. Estos niños se sienten solos y van a buscar compañía online. ¿Se los puede culpar?
La rehabilitación para un joven internado en una de estas clínicas es larga y difícil. Permanecen recluidos en sus habitaciones/celdas totalmente privados de cualquier aparato tecnológico a menos que estén siendo monitoreados. No tienen contacto con el exterior excepto sus padres. Como toda adicción, el hábito compulsivo es un síntoma y es por eso que los jóvenes no solo se sienten atraídos por los videojuegos online sino que tienen muchos problemas emocionales de fondo, los cuales alivian a través de la realidad virtual. Las actividades del centro Daxing tienen por objetivo conectarlos nuevamente con la realidad y su entorno. La participación con los padres es fundamental y son motivados a permanecer con sus hijos en el tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud cataloga la ciberadicción como “adicciones sin sustancia” junto a otras como la ludopatía o las compras compulsivas. Hoy en día hay cientos de programas como el Daxing Center por toda China y Corea del Sur, otra potencia seriamente afectada. Sus métodos son controversiales y cuestionables. Sin embargo, la adicción al internet sigue causando muertes en los jóvenes asiáticos al abstraerlos de la realidad mientras que el mundo virtual se vuelve cada vez más atractivo.
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