Por una vez, nos toca a nosotros ejercer de cazadores con los meteoros. Vamos a enseñar un sencillo modo de atrapar fragmentos cósmicos que caen a la Tierra. Verán que podemos hacernos con ellos a poco que practiquemos la artimaña que les vamos a proponer. Eso sí, hablamos de micrometeoritos. Para cazar grandes bolas de fuego mejor hablen con la Virgen de Lourdes o con los estudios Disney.
Siempre que hablamos de meteoros se trata de amenazadoras moles que vienen hacia nosotros con intención de pulverizarnos y dejar el planeta hecho un desastre. Es raro el año que no aparece alguna noticia sobre inminentes catástrofes provocadas por enormes trozos de roca sideral o restos de cometa. Algunos hablan hasta de fechas próximas para la destrucción total gracias a estos simpáticos cascotes espaciales. Sin embargo, ya es hora de reconciliarse con ellos y convertir esas malas vibraciones en agradables pasatiempos para cuando dispongamos de tiempo ocioso y ganas de mirar al cielo un rato.
Vale, hay que reconocerlo, aquí no hay vistosos rayos saltando entre aparatos raros ni fluidos que cambien de color por alguna reacción química espectacular. Se trata simplemente de algo apasionante pero sencillo: cazar verdaderos supervivientes del espacio. Aunque son tan pequeñitos que necesitaremos ayuda para poder verlos. Hablamos de los micrometeoros, que se podrían definir como pequeñas partículas de diversos materiales extraterrestres que, tras sobrevivir a la entrada en la atmósfera de nuestro planeta, a la fricción y la enorme temperatura que eso supone, quedan convertidas en polvo que se mantiene en la atmósfera en suspensión. Su tamaño es diminuto, con diámetros de milésimas de milímetro, por lo que es necesario emplear microscopios para observarlos en todo su esplendor. Cada día caen sobre la Tierra grandes cantidades de materiales extraterrestres que, tras su paso por la atmósfera y servir generalmente de núcleos de coalescencia para el agua de lluvia, son precipitados a la superficie.
Los materiales que dieron forma al Sistema Solar siguen, en gran parte, dispersos por el espacio como polvo cósmico que, cuando llega a la Tierra, es acelerado y calentado a unas temperaturas altísimas. Las conocidas como estrellas fugaces nos muestran el ígneo y veloz viaje de estos auténticos “ladrillos” primigenios por nuestra atmósfera. Al enfriarse, ya convertidos en simple polvo, son llevados por los vientos e introducidos en la dinámica atmosférica, donde participan en la formación de lluvias y precipitan a la superficie. Ahí termina su viaje, que puede haber durado varios miles de millones de años. Ahí es nada. Es la lluvia el medio del que nos serviremos para cazar a estos mensajeros del espacio. Para organizar el experimento reuniremos en primer lugar los materiales necesarios para llevarlo a cabo. La lista es realmente sencilla:
1.- Un microscopio, de unos cien aumentos.
2.- Un cubo de plástico.
3.- Una hoja de papel.
4.- Un imán.
Buscaremos un lugar alejado de ciudades, para escapar de la contaminación. Puede ser un pueblo donde tú o algún familiar dispongan de alguna casita de campo. De paso aprovechamos para escapar un rato de la algarabía diaria y tomarnos un respiro en ese lugar apartado de la urbe que a veces tanto se necesita. La lluvia se encarga del resto, colocaremos un cubo de plástico en la boca de salida de un canalón, por ejemplo, y lo dejaremos ahí un tiempo, varios días. Cuando llueve, los micrometeoritos caen y, además, los que ya se hubieran depositado en el tejado también serán arrastrados y “concentrados” por el canalón que desemboca en nuestro cubo. Extraeremos el barro acumulado en el cubo, tras haber filtrado el agua y, poco a poco, depositaremos sobre una hoja de papel porciones del barro seco y desmenuzado. Moveremos un imán, situado bajo el papel, para separar el “polvillo” metálico del resto del barro. Claro, no todos lo micrometeoritos tienen propiedades magnéticas, pero son éstos, los metálicos, los únicos que podremos “cazar”.
Ya con el polvo seleccionado por el imán en nuestro poder, procederemos a observarlo al microscopio. Ahí, delante de nosotros, tendremos pequeñas esférulas, formas que guardan rastros de su violento paso por la atmósfera, micrometeoritos que han llegado a nuestras manos desde las profundidades del espacio. Entre la muestra resultante se habrán incluido otros materiales metálicos de diverso origen y para separarlos de los verdaderos micrometeoritos habría que recurrir a complejos análisis isotópicos pero, a buen seguro que, entre lo que observemos, habrá pequeñas esferas metálicas que serán verdaderos micrometeoritos con miles de millones de años de existencia. Como último apunte conviene recordar que, al menos en teoría, es más sencilla la “caza” de micrometeoritos si se realiza en épocas de “lluvias de estrellas”, aunque no es necesario esperar a que se produzcan porque, en realidad, material extraterrestre cae a la Tierra a diario.
* Las Cuadrántidas son una lluvia de meteoros de actividad alta. Su período de actividad se extiende entre el 1 y el 10 de Enero. Su máximo es el 3 de dicho mes con 120 meteoritos/hora, lo que la convierte en la lluvia más activa del año, junto las Gemínidas. Son meteoros de velocidad moderada que radian de la constelación del Boyero. Sin embargo, reciben el nombre de la desaparecida constelación de Quadrans Muralis, que ocupaba parte del actual Boyero.
* Las Líridas son una lluvia de meteoros de actividad moderada. Su período de actividad se extiende entre el 16 y el 25 de Abril. Su máximo es el 22 de dicho mes con 18 meteoritos/hora. Son meteoros de velocidad alta que radian de la Lira o Lyra, constelación de la que toman el nombre. Lyra es una constelación del hemisferio norte situada entre Cisne y Hércules, que contiene la estrella blanca de primera magnitud Vega, una de las estrellas más brillantes del cielo. En lo relativo a su origen, se trata de un enjambre de pequeñas partículas meteóricas provenientes de la disgregación del cometa 1861 I.
* Las Perseidas, popularmente conocida como las Lágrimas de San Lorenzo, son una lluvia de meteoros de actividad alta. No es la mayor lluvia de meteoros, pero sí la más popular y observada en el Hemisferio Norte debido a que transcurre en Agosto, mes vacacional por excelencia. Su período de actividad es largo y se extiende entre el 17 de julio y el 24 de Agosto. Su máximo es el 11 de agosto con 100 meteoritos/hora, lo que le convierte en la 3ª mayor lluvia del año.
* Las Dracónidas son una lluvia de meteoros cuyo cuerpo parental es el cometa periódico 21P/Giacobini-Zinner. Ocurre comúnmente los primeros días de Octubre y entre las noches del 8 y el 10 de Octubre es más distinguible. Solo 2 meteoritos/hora. Las Dracónidas son mejor observables en las horas anteriores del amanecer, en regiones con cielos despejados. En 1933 y 1946, hubo tormentas de miles de meteoros de las Dracónidas.
* Las Oriónidas son una lluvia de meteoros de actividad moderada. Su actividad se extiende entre el 2 de Octubre y el 7 de Noviembre. El máximo tiene lugar el 21 de Octubre con 23 meteoritos/hora. Son de velocidad alta que radian de la constelación de Orión. El cuerpo progenitor de las Oriónidas es el cometa 1P/Halley. Uno de los cometas más conocidos, cuyo último paso tuvo lugar en 1986.
* Las Leónidas son una lluvia de meteoros que se produce cada año entre el 15 y el 21 de Noviembre, alcanzando un máximo de intensidad el 18 de Noviembre. Cada 33 años, las Leónidas muestran un pico de actividad debido a que el polvo del cometa Tempel-Tuttle no está distribuido homogéneamente a lo largo de su órbita. En años normales, las Leónidas producen tasas del orden de 13 meteoros/hora.
* Las Gemínidas son una lluvia de meteoros de actividad alta. Su período de actividad se extiende entre el 7 y el 17 de Diciembre. Su máximo ocurre el 14 de dicho mes, con 120 meteoritos/hora, lo que la convierte en la lluvia de mayor actividad del año junto a la Cuadrántidas. Son meteoros de velocidad moderada que radian de la constelación de Géminis.
Disfrutad de la caza pues justo ahora nos encontramos al final de las Cuadrántidas, una de las más activas lluvias de estrellas de todo el año ¿A qué estáis esperando?
interesante la verdad, voy a probar eso y les cuento.
Lo probaremos, a ver si así podemos "fardar" de tener un meteorito en casa jeje.
como se puede hacer un estudio izotopico
Esmuy inportante esas informaciones,ya que hoy en dia han aparecido meteoritos en el cielo.y veremos lasa consecuencias de sus aparacimientos
mi compañera tiene una piedra y tiene magnetismo
Favor contactarme con coleccionistas de meteoritos tengo buenos datos para ellos.ó con gente que quiera comprar. (serios). agradeceré su gentileza.
Atte.
Mario.
Sucre – Bolivia
oo siiii
Ceo que tengo en meteorito de casi 5 kilos. Es de material ferreo negro,lo atrae el iman es durisimo su tamaño no cocuerda con su peso ,presenta una parte como fundida por el alto grado de caloria que sufrio al pasar pol atmosfera.la otra cara al sufrir el impacto en la tierra tiene incrutadas pequeñas particulas de piedas i arena y es bastante aplanada por el impacto.