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CERN: Los neutrinos no son más rápidos que la luz

La noticia ha caído como una bomba: parece que los neutrinos superlumínicos que fueron observados en el experimento OPERA realizado entre el CERN y el Gran Sasso en setiembre de 2011 nunca existieron. Simplemente, una mala conexión en un enlace de fibra óptica que ligaba una unidad GPS con una tarjeta de entrada/salida de un ordenador fue la responsable de que los neutrinos, que se comportarían como lo han hecho desde siempre, pareciesen viajar a una velocidad mayor que la de la luz. El parte emitido por los responsables de OPERA dice que están prácticamente seguros que esta conexión es la responsable de esos resultados, y que repetirán el experimento para asegurar los resultados.

En setiembre del año pasado nos enterábamos de que el experimento OPERA, realizado entre el CERN y el Gran Sasso había determinado que los neutrinos, unas extrañas partículas subatómicas con muy poca masa y difíciles de detectar podían viajar más rápido que la velocidad de la luz. Esto causó un lógico revuelo en la comunidad científica, ya que desde que Einstein formuló la Teoría de la Relatividad -que postulaba entre otras cosas que la masa de una partícula que aumenta su velocidad crece, tendiendo a infinito cuando su velocidad se aproxima a la de la luz, impidiendo que la alcance- nos habíamos acostumbrado a la idea de que nada fuese capaz de viajar a mayor velocidad. Sin embargo, los científicos a cargo de este experimento midieron con una enorme precisión el tiempo que demoraban los neutrinos emitidos por una fuente situada a unos 730 kilómetros de distancia en alcanzar un blanco, y mediante un ordenador calcularon la velocidad a la que se habían desplazado. El resultado de esa medida fue sorprendente: los neutrinos llegaban 60 nanosegundos antes de lo previsto, lo que únicamente era posible si habían viajado a una velocidad ligeramente mayor a la de la luz.

Ante semejante hallazgo se repitieron las pruebas y los resultados se repitieron: los neutrinos emitidos por el CERN y detectados en el Gran Sasso National Laboratory eran más rápidos que la luz. Obviamente, esto implicaba que en el andamiaje actual de la física había algo mal, ya que este resultado era imposible para las leyes conocidas. Antes de comenzar a reescribir todos los libros de ciencias, los responsables del experimento revisaron a fondo el instrumental utilizado, y realizaron un descubrimiento que seguramente quedará en los anales de la historia de la física: un enlace de fibra óptica que vinculaba una unidad de GPS y un ordenador tenia un defecto, que causaba una discrepancia en las mediciones de 60 nanosegundos, la misma cantidad de tiempo que parecían adelantarse los neutrinos. En setiembre, cuando se hizo el anuncio del descubrimiento de estos “neutrinos superlumínicosAntonio Ereditato, físicos del CERN, había dicho que “intentamos buscar todas las explicaciones posibles para esto. Hemos revisado el sistema en busca de errores pequeños, complicados, o efectos distorsionadores pero no hemos encontrado nada”. Pero parece que ahora si lo han encontrado, y ha sido algo tan simple como un enlace de fibra óptica.

Luego de haber encontrado este error se hace indispensable corregirlo y realizar nuevamente el experimento. Exactamente eso es lo que hará el CERN, presumiblemente antes de fin de año. Por lo pronto, el físico británico Jim Al-Khalilil que había prometido en publico que “si se demuestra que el experimento del CERN es correcto, me comeré mis calzoncillos en directo en la televisión” ha respirado aliviado: parece que -al menos por ahora- no deberá comerse su ropa interior.

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Escrito por Ariel Palazzesi

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