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Avión argentino utiliza soja para volar

Es la primera vez en el hemisferio sur y la segunda de la historia aeronáutica mundial. En una turbina llevaba combustible aeronáutico y en la otra, Biojet, elaborado con aceite vegetal.La Argentina viene investigando el desarrollo y aplicación de biocombustibles desde hace tiempo. Hace poco, se logró que un tractor funcione con aceite de cocina usado (y refinado posteriormente, claro). Pero la noticia de hoy es mucho más relevante: un avión de entrenamiento del Ejercito Argentino voló movido por la soja.

El avión en cuestión es el Pucará A-561, fabricado en Argentina. Este modelo ha servido de entrenador para los pilotos desde antes la Guerra de Malvinas, y esta equipado con dos turbohélices francesas Turbomeca Astazou, normalmente impulsadas con queroseno aeronáutico.

Para el experimento se ha alimentado una de las turbinas con Biojet, una mezcla de derivados de aceites de soja y JP1. Tiene las mismas prestaciones que el JP1, pero bastantes ventajas potenciales en lo ambiental: menos emisiones de carbono fósil y de azufre. Además, resulta más económico.

Un reducido número de expertos reunidos en la Escuela de Aeronáutica de Córdoba, distante a unos 700 Km. al oeste de Buenos Aires, espera en silencio al borde de la pista a que se encienda la turbina número uno del avión. En lugar del humo negro que despide la turbina alimentada con JP1 puro, esta emite gases más limpios, y con un ligero olor a cocina.

Con ambas turbinas a pleno régimen, el Pucará recibe la autorización de la torre. Suelta frenos, acelera, toma carrera, levanta la rueda de nariz y despega. Los presentes irrumpen en un corto aplauso.

Después de esta prueba, la Fuerza Aérea Argentina buscará obtener la homologación internacional del Biojet, y patentar su formula. Se busca volverlo habitual en las flotas aerocomerciales de todo el planeta, como parte de un proyecto mucho mayor, llamado “Generación y optimización de tecnologías de producción de biocombustibles”. Por primera vez en el país han unido fuerzas el complejo agroindustrial, el mundo militar y el científico.

Como parte de este plan, se esta montando el primer laboratorio de investigación, desarrollo, referencia y garantía de calidad en biocombustibles y una planta piloto experimental anexa para biodiésel. También se estudia la fabricación de bioetanol a partir del sorgo dulce.

A todas las implicancias económicas y tecnológicas de estas pruebas hay que sumarle la gran importancia que tiene el desarrollo de combustibles “limpios”, que no contribuyan al calentamiento global.

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Escrito por Ariel Palazzesi

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