La nueva edición de la conferencia Google I/O comenzó con fuerza, y Mountain View presentó varias novedades pensando no sólo en los desarrolladores, sino también en los futuros consumidores. Una de ellas es Android L, probablemente la actualización más importante de los últimos años que recibirá el sistema operativo. Los cambios se verán reflejados tanto en la interfaz como en la parte técnica, con otros dispositivos móviles en mente.
Una de las reglas no escritas en el mercado de los dispositivos móviles es mantenerse “moderno” a toda costa. La obsolescencia programada ha golpeado duro entre smartphones y tablets, fundamentalmente a través del software y la ausencia de actualizaciones oficiales. Lentamente, la guerra fría del “low-end” se está calentando, y los fabricantes deben ofrecer más con menos. Como podrán imaginar, esto tiende a ser un problema para Android. KitKat ha recibido muchas optimizaciones y correcciones que lo hacen jugar mejor con hardware más humilde, sin embargo, el gigante de Mountain View se encuentra con el dilema de cambiar las cosas a una escala mayor. Los smartphones son apenas una parte del cuarteto complementado por tablets, dispositivos vestibles y televisores inteligentes. En otras palabras, lo que Google necesita es un nuevo Android.
Y eso es lo que enseñó en el primer día de su conferencia I/O. El nombre código es Android L, y sus modificaciones son de muy alto nivel. Aunque sólo fue posible apreciar un preview, Google dejó en claro que Android L adoptará el concepto “Material Design”, agregando colores más vivos, animaciones y transiciones más suaves, feedback visual, sombras, texturas, y hasta efectos 3D. Una virtud clave de Material Design es su capacidad de adaptarse al dispositivo de turno, independientemente del formato. El nuevo sistema de notificaciones permitirá al usuario interactuar con las alertas desde la pantalla de bloqueo, y habrá soporte para desbloquear el smartphone con la ayuda de hardware vestible, como alternativa al número PIN o el patrón de puntos.
En materia de rendimiento, Android L confirma algo que ya sospechábamos desde hace un tiempo: Dalvik está muerto. La selección de palabras no es mía, sino de los propios ingenieros de Google al publicar “Dalvik is dead, long live Dalvik! DO NOT MERGE.”. Obviamente, su reemplazo definitivo es ART, presentado junto a KitKat en octubre pasado. Los primeros builds no ofrecían grandes mejoras de velocidad y batería, pero ocho meses y cientos de parches después, ART parece estar listo para asumir el rol principal. En teoría, ART es un reemplazo “drop-in”, y los desarrolladores no estarían obligados a alterar drásticamente su código, pero la preocupación de que algunas apps pierdan compatibilidad es real. Esto también se extenderá a muchos dispositivos que no serán capaces de recibir la actualización a Android L. ¿Qué propone Google? Por ahora, el nuevo modelo de referencia Android One, una especie de sucesor Nexus de bajo costo, con unidades por debajo de los cien dólares. Habrá que esperar hasta el próximo otoño para saber más.
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