Mientras que algunos gobiernos siguen apostando a fuentes tradicionales para «solucionar» sus problemas energéticos, Alemania estableció un nuevo récord nacional el pasado 30 de abril. El 85 por ciento de la electricidad consumida durante el mediodía en ese país fue generada a través de energías renovables, desplegando un formidable combo solar, eólico, hidroeléctrico y de biomasa. El siguiente paso de su plan energético es iniciar el retiro de plantas nucleares en 2022, y reproducir este porcentaje de manera cotidiana en 2030.
Son cada vez más las regiones que están viendo al mercado energético con una estrategia de abundancia, y no de escasez. La clave reside en una adopción acelerada de tecnologías renovables, cuyos costos no paran de caer. Hace poco hablamos sobre celdas solares que superaron el 26 por ciento de eficiencia, y monstruos como la turbina Vestas V164 de 9 MW, pero un plan energético de avanzada no coloca todos sus huevos en una misma canasta, sino que hace uso de todas las alternativas a su alcance. Uno de los ejemplos más sólidos se encuentra en Alemania, que cerró el mes de abril batiendo un nuevo récord nacional de generación.
De acuerdo con Patrick Graichen, director de Agora Energiewende, las plantas basadas en carbón casi no operaron durante el domingo 30 de abril, y la colaboración de las centrales nucleares fue mínima, mientras que la red renovable cubrió el 85 por ciento de la demanda entre las 13 y las 15 horas. Una combinación de cielos despejados y buen viento ayudaron a alcanzar dicho porcentaje, a un punto tal que el mercado estableció temporalmente precios negativos para compensar. Graichen agregó que las plantas de energía inflexibles ya no tienen nada más que buscar en el sistema eléctrico y deberán aceptar pérdidas mayores, lo que al mismo tiempo «arruina» el cuadro tarifario.
Se estima que el primer paso para corregir eso se dará en 2022, cuando Alemania inicie el retiro de sus plantas nucleares (una respuesta directa al desastre de Fukushima). Graichen dijo que los días como el 30 de abril serán «completamente normales» hacia el año 2030, pero sólo será posible con un marcado apoyo público, y político (que hoy existe).
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